Las ventajas del alicatado en el baño

¿Por qué debería elegir los azulejos para su baño? En efecto, elegir las baldosas en lugar de otros tipos de suelos tiene algunas ventajas. En primer lugar, el azulejo es una muy buena opción a largo plazo. Es muy duradera y ofrece una mayor vida útil. En otras palabras, es un suelo que no se daña fácilmente. Por lo tanto, es una gran inversión a largo plazo.

En segundo lugar, los azulejos son muy fáciles de mantener. Sólo hay que fregarlo y ya está. Para mantener su brillo, también puedes lavarlo con bicarbonato de sodio. Por último, el azulejo se adapta a todos los gustos y a todos los estilos de baño. No tendrá problemas para elegir los patrones que le convengan, ya que hay muchas opciones.

Para alicatar el cuarto de baño, se necesitan ciertos materiales. Es la falta de ciertos equipos lo que empuja a algunas personas a llamar a un profesional.

Aquí están los materiales útiles para alicatar cuartos de baños:

• Azulejos en cantidad suficiente para la pared y el suelo,
• una espátula dentada,
• un taladro y una pistola de extrusión,
• silicona para la fijación,
• un par de pinzas de cerámica,
• un mordedor,
• un resbalón,
• un nivel de burbuja.

Estos son los grandes materiales que necesitas. No te olvides de los pocos detalles, como tornillos, tacos, telas, separadores y otros. La cantidad dependerá de la superficie a alicatar.

Los pasos a seguir para alicatar el baño

Una vez que tengas todos los materiales en la mano, puedes empezar a alicatar tu baño. Para ello, sólo tienes que seguir los pasos que te proponemos a continuación.

Alicatar el suelo

Lo primero que hay que hacer es empezar a alicatar el suelo, no las paredes. Esto es mucho más práctico y fácil. En primer lugar, humedezca el suelo y aplique el mortero adhesivo. A continuación, coloque las baldosas una a una, de manera uniforme, utilizando los separadores. Un nivel de burbuja será muy útil para asegurarse de que las baldosas están en el ángulo correcto. Los lugares difíciles deben reservarse para el final para no dañar la estética. Deja que todo se seque después.

Alicatar las paredes

Para las paredes, el proceso no es muy diferente. Primero hay que aplicar el pegamento y colocar las baldosas una a una. Es más fácil sujetar las esquinas en las paredes, pero se sigue recomendando el uso de un nivel de burbuja.

Cómo no gestionar una avería

Tal vez fuera la música, que estaba a tope, lo que me impidió escuchar el sonido constante del agua cayendo, poco a poco, sobre la tarima del suelo. Quizá el hecho de no prestar atención a ese rumor me hizo despistarme, o puede ser que la enésima partida en el buscaminas distrajera mi atención de cosas más perentorias y necesarias… Pero el caso es que sí, que tenía una pequeña avería en mis tuberías que acabó convirtiéndose en la madre de todos los desastres.

Siempre me pareció que el refrán “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” no tenía mucho sentido, porque yo siempre postergaba los asuntos no ya para el día siguiente, sino para dos o tres más adelante. El caso es que mi dejadez a la hora de atender esa reparación doméstica acabó empeorando la situación. Si antes tenía una mancha de humedad parecida a una canica, ahora la pared y el suelo parecían un mapa detallado de la Tierra Media, los Siete Reinos y la estepa Siberiana.

Y mira que lo tenía fácil para subsanar la situación. Tan sólo tenía que hacer un clic en https://linktr.ee/serviciosmalaga, encontrar a un profesional competente y solventar mis problemas con los goteos, las pérdidas y las filtraciones. Pero no, yo me empecinaba en dejarlo para ese fin de semana glorioso en el que pertrechado con llave grifa y estopa dejaría las tuberías de mi casa brillantes y relucientes. Por descontado, ese fin de semana no llegó.

Ya os podéis imaginar que todo este asunto, que en un primer momento podría haberme costado poco dinero, terminó por suponer una jugosa porción de mi ya maltrecha economía. Cuando los profesionales llegaron, al fin, lo hicieron con cara reverencial, contentos por haber encontrado esa especie de paraíso fontaneril donde un tipo descuidado se había dejado llevar por la pereza y había convertido media casa en una esponja que amenazaba con expulsar el agua acumulada.

Cuando todo terminó, cuando la avería quedó reparada y la casa habitable de nuevo, me senté en el sofá y me prometí, convencidísimo, que nada de esto se volvería a repetir. Justo cuando miraba al techo advertí una pequeña grieta que antes no estaba ahí. Me levanté enérgicamente y me convencí, muy serio, de arreglarla el fin de semana próximo…

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